2 Uno de ellos, hablando en nombre de los demás, decía así: «¿Qué
quieres preguntar y saber de nosotros? Estamos dispuestos a morir
antes
que violar las leyes de nuestros padres.»
3 El rey, fuera de sí, ordenó poner al fuego sartenes y calderas.
4 En cuanto estuvieron al rojo, mandó cortar la lengua al que había
hablado en nombre de los demás, arrancarle el cuero cabelludo y cortarle
las extremidades de los miembros, en presencia de sus demás hermanos y
de su madre.
5 Cuando quedó totalmente inutilizado, pero respirando todavía,
mandó que le acercaran al fuego y le tostaran en la sartén. Mientras el humo
de la sartén se difundía lejos, los demás hermanos junto con su
madre se
animaban mutuamente a morir con generosidad, y decían: